Helena Cosano es escritora. Pero también es filóloga, filósofa, abogada y psicóloga según su curriculum. Habla ruso, inglés, francés y español. Traduce. Ha sido modelo. Ha vivido en Rusia, la India, Corea del Sur, España… en definitiva, resumir la vida de Helena Cosano es una tarea ardua y complicada, por eso entrevistarla por motivo de la publicación de la nueva edición de Almas Brujas, su libro de relatos, suponía todo un reto. En esta entrevista he intentado sacar un poco de todos esos misterios que esta enigmática y fascinante mujer lleva dentro, y comprender qué es en realidad eso que ella llama “almas brujas”.
si quieres conocer a una escritora y una mujer extraordinarias, déjate llevar por las mariposas que revolotean por esta entrevista…
Estamos aquí con Helena Cosano, que es una chica que escribe, y encima escribe prosa poética, y nos acompaña tu, por el momento, última publicación: Almas Brujas. Se trata de una nueva edición ilustrada con pinturas y fotografías en un formato más grande que la primera edición que apareció de esta colección de relatos. ¿Cómo surge la idea de una edición ilustrada?
Helena Cosano: pues la primera edición de Almas Brujas la agotamos, entonces decidimos hacer una un poco especial, y queríamos que fuera para Navidad, con ilustraciones. Son tres ilustradores los que participan: las ilustraciones son de Antonio Villarubia, las fotografías de Laura Muñoz Hermida y los cuadros de una pintora que es Francisca Blazquez; una pintora muy, muy especial, porque ella pinta en un estado no ya de meditación, sino incluso de trance. Yo lo llamo “pintura esotérica”. Además, lo que pinta tiene como unas radiaciones especiales, que midieron y resulta que desprende energía… es un mundo que me sobrepasa bastante. Pusimos dos ilustraciones suyas y de repente cambió la energía del libro.
El caso es que el libro es un poco tenebroso, porque son “almas brujas”, algo muy oscuro y muy femenino; pero los cuadros de esta señora son muy luminosos y transmiten una energía que no tiene nada que ver. Es algo que ha cambiado la dinámica de la obra, y estoy muy contenta con ello.
Respecto a esto que comentas, me he dado cuenta de que, dentro de las ilustraciones, priman mucho las mariposas. ¿Qué significan las mariposas para ti?
Helena Cosano: la mariposa es un término, en realidad, muy ambiguo. Puede significar muchas cosas. Lo que para mi es más especial, es que se trata de un término universal. Es decir, en todas las culturas del mundo existe la mariposa como símbolo, simplemente porque la metamorfosis es algo que al ser humano le impacta, nosotros no vemos de una forma tan clara la posibilidad de matar un cuerpo y hacer un cuerpo nuevo. Entonces, eso para mi se convierte en un símbolo de la consciencia humana. Cuando llegamos a cierto nivel de sensibilidad, o de despertar, o de lucidez si lo prefieres, es como una metamorfosis.
¿Madurez, quizás?
Helena Cosano: sí, lo que ocurre es que la madurez tiene una connotación de resignación, de conformarse; y para mi la mariposa es todo lo contrario. La mariposa es una rebelde, está en un mundo en el que hay gusanitos que se arrastran y ella hace su capullo, hay una “muerte”, porque eso es lo más increíble, que la oruga en realidad muere para que nazca la mariposa; y de pronto abre ese capullo y es libre. Puede volar. Es una rebelde, cuando todos están arrastrándose, ella vuela. Por eso no creo que sea madurez. Quizá la gente madura piense que, en realidad, la mariposa tiene un complejo de Peter Pan. Pero la mariposa es más libre, vuela más alto, tiene más perspectiva.
La madurez serían los gusanos diciéndola “baja y arrástrate que es lo que hay que hacer”, ¿no?
Helena Cosano: exactamente. La mariposa dice “mira, yo tengo alas, y vosotros, si os esforzarais, también podríais tenerlas”. Luego la mariposa también tiene unas connotaciones que a mi me gustan, como la belleza: las alas de la mariposa están hechas de color. Y luego la fragilidad y a la vez la fuerza de la mariposa. Pensar cómo ella ya no puede volver al mundo de los gusanos, porque ha pasado por un proceso que ya no tiene vuelta atrás, y a la vez está tremendamente sola. No es como un pájaro que pueda volver a su nido, la mariposa no tiene adónde volver. Puede ir de flor en flor, pero termina muriendo de agotamiento.
Jamás habría visto tantas cosas en una mariposa…
Helena Cosano: ¡Sí! Piénsalo: todas somos un poco mariposas. Es a lo que yo llamo “alma bruja”, a esa especie de esencia mágica que todos tenemos y que está llena de color y que es frágil y es hermosa, que está terriblemente sola, que es efímera, porque no tiene donde posarsey que goza con esa libertad pero que también la sufre… en cierta forma, eres diferente, puesto que no te arrastras como los demás. Son como las dos caras de una misma moneda. La libertad es una carga enorme, y pesa.
Hablando de esto no he podido evitar acordarme, precisamente, de ti; dado que en un mundo de… digamos “gusanos”… tu hablas muchos idiomas, tienes muchas carreras, has vivido en muchísimos sitios… es casi como si hubieras vivido varias vidas en una vida, con lo joven que eres. Confiésate: eres una bruja y has conseguido multiplicar el tiempo para poder hacer tantas cosas. ¿Cómo lo haces?
Helena Cosano: yo creo que es un poco como las dos caras de una moneda. Ese siempre ha sido mi talón de Aquiles: siempre he querido hacer muchas cosas. Siempre he tenido como una especie de “bulimia intelectual”. Me apunté a muchas clases, a cuatro carreras a la vez…
¿Y las acabaste?
Helena Cosano: no (risas). Hice varias, que ya es bastante, y luego terminé de todas el primer ciclo, que es como la diplomatura. El caso es que yo quería hacerlo todo a la vez, me gustaba todo y quería tener el don de la ubicuidad. Y me quemé. Porque intentaba multiplicar el tiempo, dormir lo menos posible… al final, el día tiene 24 horas y yo intentaba quitarle el sueño. Dormía lo mínimo. Y era una absoluta locura, aunque me daba mucha satisfacción también. Pero la verdad es que no se lo recomiendo a nadie (risas).
Quizá fue tu momento de romper con la oruga para empezar a volar…
Helena Cosano: lo que yo quería era vivir. Vivir en todos los sentidos, y siempre he disfrutado mucho a través de la mente; también me daba cuenta de que el conocimiento no son compartimentos estancos, y disfrutaba muchísimo aprendiendo de todo. Quería un poquito de todo. Lo que más me interesaba era la filosofía, porque para mi era como la infraestructura, y luego todo lo demás era como ir rellenando casilleros. A Filología Eslava me apunté porque yo viví mi infancia en Moscú, tenía como una especie de nostalgia infantil idealizada, porque tuve una infancia muy feliz allí, con la nieve, en una época que ya no existe que es la de la URSS; luego me apunté a Psicología más que nada porque quería comprenderme a mí misma, lo cual no era nada fácil (risas), era un poco como mi terapia institucional. Y Derecho fue porque me obligaron mis padres…
¿Cuál acabaste?
Helena Cosano: acabé Filosofía pura y Filología Eslava.
Ninguna de las que tus padres querían…
Helena Cosano: ¡Qué mala! Sí, de Derecho aún me quedan algunas asignaturas de quinto y puede que algún día me decida a acabarla.
Esto que dices de “quemarte” y la parte negativa de la libertad me recuerda mucho a lo que he leído en Almas Brujas; no quiero dar una idea distinta del libro, porque es muy agradable, pero también tiene un trasfondo que, cuando lo estaba leyendo, muchas veces me sentía agobiada. De hecho tuve pesadillas una vez con uno de los cuentos… en la presentación de la novela, además, recuerdo que mencionaste que explora el lado oscuro femenino. Quizá lo que yo sentía en ese momento era algo que me estaba llegando al subconsciente (esto, cuando lo lea la gente, van a pensar que estoy flipando…). No pretendo preguntarte cómo has conseguido esta reacción, porque eso es algo que no se pregunta, sino si lo hacías de forma consciente o luego al leerlo te diste cuenta de que habías conseguido producir esas sensaciones sin ser realmente consciente de ello.
Helena Cosano: no, en realidad mucha gente lo ha visto así. Es difícil hablar del proceso. En realidad existe una regla, que para mí es la regla de oro, que es la sinceridad. Yo creo que si escribes con sinceridad llegas a algo muy profundo. Si escribes por escribir, o según lo que esperan de ti, de forma superficial… entonces no puedes llegar al subconsciente. Puede satisfacer tu razón, pero hay una parte más honda a la que no vas a llegar. Mis relatos son muy oníricos, y no están censurados. Tienen algo de sinceridad absolutamente bestial. Se trata de sentimientos que muchas hemos tenido, incluso de manera más o menos consciente, pero que nunca hemos expresado. Entonces, muchas mujeres, al leerlo, se han dado cuenta de que esto lo habían sentido, aunque ni siquiera se lo hubieran confesado a ellas mismas. Y eso es lo bueno que tiene la literatura, que cuando eres realmente sincero, realmente íntimo, esa intimidad se vuelve universal. Lo más particular es en realidad lo más general, y creo que ese es el truco. Y luego el hecho de que algunas historias son muy oníricas; ya decía Freud que la censura no existe cuando sueñas, y muchos de los relatos son como soñar despierta, de dejarme llevar sin ningún tipo de censura.
¿Vas a volver a explotar la prosa poética o vas a volver a escribir algo tipo Cándida Diplomática, tu primera novela publicada?
Helena Cosano: me gustaría alternar, porque en realidad son facetas muy complementarias. Para mi es como el ying y el yang. Si Almas Brujas es el ying, no como principio masculino y femenino o principio de género (que, en realidad, no creo en eso) sino como energías cósmicas; una energía del universo femenina: la fertilidad, la oscuridad, la noche, la intimidad…
¿Como Jung con su dicotomía entre diosa y diosa-sombra?
Helena Cosano: exacto. Almas Brujas sería la diosa-sombra, mientras que Cándida Diplomática sería la energía yang: el sol, la actividad, en cierta forma también la alegría; porque la energía femenina tiene algo demasiado introvertido, mientras que la masculina es más activa, más alegre, más expansiva. Son dos energías complementarias, y todos deberíamos cultivar las dos.
Entonces, ¿tienes algún proyecto abierto en estos momentos?
Helena Cosano: estoy terminando una novela. Se titula Todos locos.
Me gusta el título.
Helena Cosano: ya sabes que luego el título puede cambiar; pero es una historia que tiene una parte un poquiiiiito autobiográfica, dado que la protagonista es una española que estudia en Viena (donde yo estudié 6 años) y estudia Psiquiatría (yo estudié Psicología). Entonces, ella intenta comprenderse a sí misma, que es lo primero, y luego también entender el universo. Pero lo más divertido es que ella lo hace a través de aventuras muy locas. Hay muchos viajes, hay historias de amor, se mete en una secta que cree en los extraterrestres y en las virtudes del sexo redentor, hay orgías…
Creo que me va a gustar el libro.
Helena Cosano: ¡Bien! Pues se trata de una síntesis de ambas cosas: del lado misterioso, oscuro; y luego también el lado más absolutamente frívolo y divertido, pero que va junto, porque los seres humanos tenemos ambos.
Muchas gracias de nuevo a Helena Cosano por su tiempo y por sus palabras. Esperamos poder volver a tenerla de invitada en el blog!
Texto de…
Mi nombre es Elena Rosillo, omnívora cultural obsesionada con la Beat Generation y Glen Hansard. Pinto, escribo, canto coplas y hablo japonés. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, en proceso de doctorarme. He trabajado como redactora, community manager y SEO en páginas web relacionadas con el mundo de los Recursos Humanos y ofertas de empleo para universitarios. Ahora cumplo mi sueño de trabajar en la Guía del Ocio. En The Rosillo’s Rover escribo sobre ocio y cultura alternativa en Madrid.