Como ya os comentábamos en el post anterior, resultó que durante la presentación de la primera Guía de Coctelerías de España, una coincidencia fortuita provocó que tanto mi tocaya Elena Rojo, blogger de La Glotona, como esta que escribe, hubiéramos de compartir una botella regalo de la casa de ginebra Tanqueray. Esta circunstancia nos permitió no solo iniciar una bonita amistad sino aprovechar la oportunidad para bebérnosla juntitas antes de visitar The Balcony, una de las coctelerías incluidas en esta Guía, en la que pudimos degustar un cóctel también cortesía de la casa.
The Balcony, situada en la azotea del Hotel Innside Suecia-Madrid, y pegada casi pared con pared con otra de las azoteas más emblemáticas de esta cuna del requiebro y del chotis, la del Circulo de Bellas Artes; destaca de entre toda la colección de bares desde las alturas no solo por su decoración chill-out, casi ibicenca, con una pequeña piscina donde meter los pies mientras se contempla el ayuntamiento de Madrid, o los lejanos edificios de Nuevos Ministerios, o incluso la plaza de las Ventas; sino también por sus fiestas hawaianas, organizadas con asiduidad, durante este verano, casi todos los fines de semana.
Con un acceso independiente a la terraza mediante un ascensor con vistas panorámicas, la entrada en The Balcony es la entrada a un espacio elegante e informal que domina las alturas con tres espacios diferenciados sin necesidad de paredes ni tabiques: el que nos encontramos nada más llegar a la azotea, dominado por la barra coctelera en mitad del piso y rodeada de mesas altas y una pequeña y alargada piscina en la que poder mojarse los pies; otro elevado, al que se puede llegar subiendo unas escaleritas y que nos permite flotar casi literalmente sobre Madrid al tiempo que disfrutar de unos blancos e impolutos sillones, ideales para las parejitas. Y, por último, la propia piscina del hotel, más alejada y con vistas igual de increíbles.
Otro de los atractivos de The Balcony es la música, siempre presente, que se transforma en las citadas ocasiones en las que el ambiente se convierte en tiki, con collares de flores hawaianas incluidos. Por no hablar, obviamente, de los bartenders de la barra de cócteles, capaces de adivinar tus gustos en tan solo unos cuantos segundos. “Ponme algo que me guste” le dije a Ramón, al que (copiándole la frase a Elena Rojo) juro no conocer de nada; al momento, y tras ese característico y divertido baile de cocteleras y líquidos que convierten a los bartenders en los alquimistas de la posmodernidad, Ramón me servía un Tom Collins bien fresquito. “Como una limonada, pero con alcohol”, remató.
¿Lo mejor? Poder disfrutar de un atardecer en Madrid desde las alturas, descansados sobre uno de los sillones blancos de The Balcony, con un cóctel en la mano, y escuchando una música atmosférica y relajante. Para que luego digan que no se vive bien en la capital en agosto…
The Balcony. Hotel Innside Suecia-Madrid.
Consumición: 12 euros un cóctel.
Fiestas hawaianas: fines de semana por la noche.
Abierto hasta las 2 mad.
pero qué bien contado está. Gracias por tantas menciones jajaja ¡Cuando quieras volvemos al ataque!
No me tientes, Glotona, que caigo fácilmente! 😉 La siguiente visita, a Saporem 😛