«Me inspira sacar mis fantasmas de dentro. Todavía no estoy para contar historias de otros, sino de mi. Para vivir tranquilo»
Como ya es costumbre, aprovecho el paso de Carletti Porta por el Fotomatón Bar (una de sus Mecas en Madrid) para hacerle una pequeña, pero intensa y personal entrevista.
Son los finales de los conciertos un momento de euforia y relajación al mismo tiempo, en los que ya has dado todo lo que podías dar – para bien o para mal – y solo te queda disfrutar del resto de la noche con la cabeza bien alta y la copa bien llena.
Fue en ese momento ciclotímico en el que pille al que, en Albacete, es conocido como Karlos, y en Madrid y en el resto del mundo responde por Carletti Porta. Porque, además, el resto del mundo siempre empieza en Madrid.
¿Por qué el nombre de Carletti? Suena a italiano, y eres de Albacete.
Carletti Porta: De chiquitillo, en mi casa siempre me llamaban Carletti. Mi madre, mi padre… todo el mundo. Busqué nombres para llamarme, pero… es que me llamo Carletti. Y puse mi apellido, claro.
Cuentas que empezaste a tocar profesionalmente durante tu viaje a Irlanda (es decir, te empezaron a pagar por tocar allí). Pero, antes de eso, ¿dónde tocabas?
Carletti Porta: Tocaba mucho en Madrid, ya que vivía allí. Tenía una banda llamada El Coyote Cojo y nos pagaban cinco mil pesetas por músico (que antes se pagaba). En Albacete tocaba con Barfly, que hacíamos rock&roll (íbamos tres). Lo que pasa es que, al pasar por Irlanda, me di cuenta de que era un lugar donde se respetaba al que tocaba. Que no pagaban porque sí, sino porque recibían lo que iba a cantar. Y allí me cambió un poquito el rollo para empezar a hacer las cosas “en serio”.
Siempre he pensado que Irlanda fue el punto de inflexión en tu carrera.
Carletti Porta: Sí, lo es. Allí empecé a grabar lo que nunca había grabado, canciones que llevaba años arrastrando. Allí conocí músicos y una facilidad para entender las canciones que no tenía aquí. Y desde luego es el punto de inflexión.
Háblanos de los open mics en Cork.
Carletti Porta: Muy bien. Pues cuando me quedé sin trabajo en el pueblecito donde vivía, al sur de Cork, me propusieron ser el maestro de ceremonias de un open mic. Yo cantaba mis canciones y dejaba pasar al personal. Enseguida ví que la gente lo recibe en cualquier lugar. En Irlanda, que es lo que conozco, es dejar pasar a la gente para que cante. Y los que no están tocando están escuchando y respetando el talento. Allí descubrí que cualquiera puede ponerse a cantar si le dejan un espacio. A lo mejor para gente que no tiene disco y que no se atreve, un open mic es un buen momento de soltarse.
Estás a punto de sacar tu segundo disco… y a la vez estás a punto de ver nacer a tu segundo hijo.
Carletti Porta: Sí. Parece que voy a disco por niño. Espero que me admitan en el Opus por todos los discos que voy a sacar.
Has dicho en tu facebook que ibas a pausar un poco tu actividad.
Carletti Porta: Sí. Mi compañera de camino es la que me invoca a tocar y a no dejar esta historia. Lo que pasa es que ahora me va a tocar recogerme, cuidar del que venga una temporada (corta). En verano volveré a estar tocando.
¿A tu hijo le gustan tus canciones?
Carletti Porta: Sí. (Sonríe).
Se te ha puesto cara de padre orgulloso.
Carletti Porta: Bueno, es que Mario lo escuchaba todo en la barriga: las mezclas, las premezclas… se hinchó a escuchar el disco de mil maneras. Y hay veces que se calma cuando le pongo la música. Luego él ya hace su marcha, pero bueno. Sí, le gusta.
Siempre me ha parecido que tus canciones estaban muy ligadas a tus sentimientos personales, tus vivencias. En ellas hablas de María, cantas “siempre estará Miguel…”. ¿No temes mostrarte demasiado?
Carletti Porta: No. La canción se llama “Buenas noches, María”. María es mi hermana y Miguel es mi hermano. La notaba un poquito abandonada y le compuse esa canción contándole que, cuando esté sola, siempre estará su hermano, que también quiero ser yo. Pero no, no tengo miedo a mostrarme.
¿Por qué decidiste editar en vinilo el primer disco?
Carletti Porta: Por chulería. Ya que lo saco, lo saco en vinilo.
¿Y el perro y la llama?
Carletti Porta: Pues yo le propuse una idea a la diseñadora, pero no cuajaba, no tenía mucho sentido. Y ella, que se empapó de las canciones, me apartó de la decisión y lo hizo ella sola.
¿Qué era lo que querías tú?
Carletti Porta: Yo quería la foto de una íntima amiga mía, a las seis de la mañana, fumando. Un primer plano total. Y no funcionó. Así que María, que es la que hizo el diseño (fíjate, entre Marías), sacó el perrito y la llama y ya no hubo más que hablar.
¿Cuánto pesa la torre Picasso?
Carletti Porta: Depende con qué mano la cojas.
¿Qué te inspira?
Carletti Porta: Me inspira sacar mis fantasmas de dentro. Todavía no estoy para contar historias de otros, sino de mi. Para vivir tranquilo.
¿A qué tienes miedo?
Carletti Porta: A que le pase algo a los míos. Lo que más.
¿Volverías a caminar el camino que has corrido o cogerías otro atajo?
Carletti Porta: No. No cambiaría ni un paso.
En tus canciones encontramos mucho las palabras “carretera”, “huída”, “cruce”… ¿has leído a Kerouac?
Carletti Porta: Sí. Y no te creas que me ha convencido mucho. “En el camino”, sí. “Los vagabundos del Dharma”, ya…
¿Cómo es tu proceso de composición?
Carletti Porta: Bastante caótico. Viene la música, cuando surge (no tengo ninguna metodología) y cuando llega el primer verso, que puede ser ese mismo día o dentro de tres meses, es como el tapón que muestra ya el camino a cantar. Compongo cuando puedo, por la noche.
Si pudieras tocar con algún grupo o músico actual, ¿con cuál tocarías?
Carletti Porta: Bob Dylan.
¿A que te has quedado con ganas de escucharle en directo? Pues presta atención al calendario de eventos de The Rosillo’s Rover para enterarte de cuándo tendrá lugar el siguiente concierto de Carletti Porta.
Datos prácticos: Concierto de Carletti Porta + Manuela Kant: 6 euros. Fotomatón Bar: Plaza Conde de Toreno, 2. Consumición (cerveza): 3,5 euros.
muy interesante y sencilla la entrevista y un valor de poeta que pone musica a su sentir
Gracias, Marculis! Este hombre es una mina, a mí me encanta! Gracias por comentar 😉