Empezamos nuestra segunda temporada en CVB Radio mezclando el teatro con la música, siempre desde el punto de vista más underground. Empezamos entrevistando a Maica Jurado y Roser Pujol, protagonistas de “Alegrías las justas”, obra que comienza su andadura en el Teatro Lara después de haber pasado por varios escenarios. Continuamos con Elena, Paloma y Teresa, artífices de la promotora musical Madrid Radical, que desarrolla su actividad una vez al mes en la sala Juglar de Lavapiés. Por último, entrevistamos y escuchamos en acústico a Idealipsticks, quienes nos presentan su último trabajo, “Surreal as Reality”.
Detrás de cualquier producto terminado hay mucha historia que contar. La radio no iba a ser diferente, ni mucho menos la llamada “radio libre”. Programas organizados y producidos de manera independiente, entre amigos, sin ningún tipo de remuneración económica, tan solo con el ánimo de pasarlo bien aportando algo al mundo. La radio libre ha encontrado en estos tiempos de crisis su particular “siglo de oro” en la capital de las Españas. Seguramente todos los que nos movemos en ambientes alternativos conocemos dos o tres emisoras dedicadas a fomentar la cultura de manera independiente, a través de podcast y emisiones online que pocas veces llegan siquiera a alcanzar mil oyentes. Hablamos de Radio Arrebato, Radio Carcoma, Ágora Sol Radio, Radio Vallekas, Radio Círculo…
¿Qué es lo que hace que cientos de jóvenes (y no tan jóvenes, que radio hay para todos) dediquen su tiempo y su dinero a producir contenidos minoritorios, residuales, transitorios?, ¿no sería más divertido dedicar esos diez, veinte e incluso treinta euros de alquiler mensuales que llegan a costar el alquiler de estas emisoras, a tomar unas cañas en el bar del barrio? Olvidarse de si tener que hacer escaletas, organizar contenidos y agendas, llamar a personajes públicos para entrevistar, guionizar programas… ¿No sería más fácil dedicarnos a eso que se supone que deberíamos hacer, a aquello que nos mandan?, ¿a no pensar?
La necesidad de expresión es algo que parece definir a esta juventud. Jóvenes que pueden llegar hasta los sesenta años, que la procesión va por dentro, y más con crisis económicas que nos obligan a permanecer anclados a una post-adolescencia infinita en casa de nuestros padres. Expresar aquello que no vemos en la tele, ni en la radio mayoritaria (bendita Radio3 que estás en los cielos, santificado sea tu nombre). Ni en los periódicos, claro. No hay medios de expresión que estén narrando aquello que nuestra generación está viviendo: el cambio de paradigma, el fin del bipartidismo, el comienzo de otras formas de entender las relaciones sociales y sexuales. El fin de una era basada en el capitalismo. O eso, al menos, es lo que vemos nosotros. O lo que veo yo.
Tremenda introducción para hablar de aquello que pretendía hablar. De por qué hago yo radio. De por qué surge The Rosillo’s Rover en formato radiofónico. Y quizás ya lo he dicho. Surge por necesidad. Porque no todo va a ser Radio3, y cultura alternativa en Madrid hay a raudales. Y creatividad, ni te cuento. Y alguien tenía que hablar de ello.
Empezamos la segunda temporada en CVB Radio con el ánimo por las nubes viendo el cartelaco de invitados que habíamos conseguido reunir aquel primer jueves de septiembre. La mesonera del bar adyacente me recibía entre sonrisas. “Te he echado de menos”, la dije. “¿Te puedes creer que yo a ti también?” me respondió. Cuesta creerla, que varias veces ya me ha echado la bronca por dejarme cervezas sin pagar. No lo hago a posta, es que soy una despistada…
Siempre cito a los invitados con media hora de antelación, más porque dudo de su puntualidad que por cuestiones técnicas. Mejor prevenir que curar, que se dice. Aquella tarde, en cambio, llegaba una hora antes acompañada de Álex Jiménez, el diseñador gráfico de los carteles que cada semana retratan a uno de los invitados en el programa. Normalmente, a los músicos, dado que la sección de entrevista + acústico es la única fija de nuestra travesía radiofónica. Repasando el guión estaba (esto de dejar las cosas para el último momento…) cuando aparecieron, incluso antes de la hora acordada, las chicas de Madrid Radical. Solo conocía a Elena Matías Seijas de encontrarla en mil conciertos, no a Tere. Paloma entraría por teléfono. Después llegó Ruser Pujol. Y luego los Idealipsticks (Eva y Jave) y por último, Maica Jurado. Conclusión: cuanto más profesional es un artista, más podrás confiar en su puntualidad. Media hora nos sobró para explicar el planteamiento del programa y echarnos unas risas a costa de nuestra incapacidad para pronunciar correctamente los nombres del grupo. Que si Russé o Roser o Rosi Pujol. Que si Jave o Java o Javi. Se avecinaba una buena travesía con tan buenos tripulantes. Y lo fue.
Sí, es cierto que me trabé un par de veces y que se me quedó la mente en blanco durante la entrevista a las protagonistas de “Alegrías las justas”. Pero son cosas del directo. Y cómo no iba a estar nerviosa si enfrente tenía sentados a los mismísimos Idealipsticks. Qué cracks son. Se comieron el programa.
Con ganas nos quedamos de seguir debatiendo acerca de cómo la exclusión de los niños de las salas de conciertos daba como resultado una sociedad sin la costumbre de consumir música en directo, o de si las chicas de Madrid Radical llegarían a conseguir traerse a Las Tímidas desde Barcelona. O de si Jave acabaría vendiendo su alma al diablo (las eléctricas) con tal de conseguir su sueño de una furgoneta de oro macizo.
Eso sí, lo que dio como resultado la ecléctica mezcla de dos actrices, dos promotoras (y una en la sombra telefónica), un diseñador gráfico y un grupo de música fue sencilla: que ninguno hacíamos lo que hacíamos por dinero. Algo triste si se enfoca desde el punto de vista materialista y práctico: un colectivo incapaz de dedicarse íntegramente al arte debido a estrecheces económicas será un colectivo siempre en peligro de extinción y con más problemas a la hora de profundizar en su arte. Algo positivo desde el punto de vista idealista: un colectivo sin la necesidad de ganarse el pan gracias a su arte será menos susceptible de caer en las mendicidades, de “venderse” al mejor postor, sometiendo su creatividad a marcas y demás subproductos capitalistas.
Qué queréis que os diga… this is underground. Debate hay para rato. ¿Te apuntas?
Música de The Rosillo's Rover #18: Errante (Niños Mutantes), El rey de las camas (Papaya), Very, very (Idealipsticks). Acústico: Sick of this (Idealipsticks).