Debí repetir por lo menos una veintena de veces “es la hostia!!” durante el concierto que Agnes y El Pardo dieron el pasado jueves 26 de junio en la sala El Juglar. Y es que… ¡Fue la hostia! Con el objetivo de recaudar, a modo de crowdfunding, el dinero suficiente para la producción del segundo disco de El Pardo, y con la compañía a modo de teloneros de la banda Agnes, El Juglar vio cómo su sala de conciertos se llenaba hasta reventar de público, desafiando a aquello de que en Madrid en verano no se queda nadie.
Post punk protesta de la mejor calaña, vacío de pretensiones y postureos, tan solo centrado en ser (y gritar) la voz de uno de los animales en peligro de extinción más peligrosos para el sistema capitalista: la clase obrera; eso es El Pardo.
Y si no los viste actuar junto a Agnes en El Juglar, o no siquiera sabes quiénes son, esta es tu oportunidad…
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Eran las diez de la noche y en la calle Lavapiés, frente a El Juglar, ya se concentraba un nutrido número de gente esperando para comprar o entregar sus entradas anticipadas en la taquilla de la sala. Como siempre, entre el público se contaban también algunos de los aristócratas del mundo underground madrileño, como Miguel, Koldo y Marco, de Alborotador Gomasio, o los propios componentes de El Pardo, que no dejaron pasar la oportunidad de escuchar a sus teloneros, Agnes, antes del concierto.
Y es que, si por algo destaca esta cultura underground que tanto se ha puesto de moda actualmente (que resulta que ahora hasta nuestra queridísima reina Leticia escucha indi) es por el concepto de colaboración y asociación entre bandas. Así, Koldo y Miguel de Alborotador Gomasio forman parte también de El Pardo; y Raúl Querido, vocalista de El Pardo, colaboró también aquella noche como guitarrista de Agnes, por mencionar solo alguno de los cruces entre bandas.
Comenzó la noche en El Juglar la casi-girl band Agnes, que cambia de formación justo a partir de este momento (ooohhh) con su “hit” Todo lo invisible, Deshaucio, Por qué vuelves otra vez y, para terminar, La vía torcida, Nude as News, La Línea y Un río, y un bis improvisado ante los gritos del público, repitiendo de nuevo su canción Todo lo invisible que, como dijo Raúl Querido, a la guitarra en aquel concierto, “seguro que ya todos os sabéis”. Punk limpio, más melodioso y atmosférico que El Pardo, y una fuerza y seguridad en el directo que tememos ver desaparecer con el cambio de formación. Todo aderezado con una estética cuidada, entre casual y casi-hipster.
Siguió, tras los minutos de espera de rigor, El Pardo con Paula Fernández (cómo mola esa chica) a la batería con una camiseta a rayas y unos vaqueros; Raúl Querido al micrófono y los teclados, destacando con una camiseta pintada con el lema “dinero gratis”, y Koldo a la guitarra y Miguel (ambos de Alborotador Gomasio) al bajo.
El Pardo recorrió todos los temas que ya conocíamos aquellos que les habíamos visto en directo, comenzando con el himno La hoguera de San Jerónimo (más conocida como “el Congreso tiene que arder!!”), continuando con Las clases ociosas (mi favorita de El Pardo), El 1%, y otras canciones nuevas, basadas en acontecimientos recientes como la tragedia del Madrid Arena (“está pinchando Steve Aoki… no puedo respirar”) con una de las letras más perturbadoras de la formación; u otras dirigidas a sacar a la luz aquello que la propia clase media, en peligro de extinción, es a veces incapaz de confesarse a sí misma.
Con letras subversivas en el mejor sentido de la palabra, una carencia de pretensiones y estéticas que puedan ubicarles dentro de cualquier etiqueta y el único objetivo de limpiarle el polvo a la canción protesta, transformándola violentamente a los tiempos que corren, El Pardo demostró una vez más en El Juglar su potencia en los directos y su valentía al hablar y tratar temas tabú escondidos bajo el miedo a la autoridad, a la justicia y al sistema. De su personalidad al basar el protagonismo de la música en la voz, una voz desgarrada, que crea dudas y despierta la mente del público.
De lo que no nos cabe la menor duda es que El Pardo consiguió en este concierto su objetivo de alcanzar una suma suficiente para dar forma a su segundo álbum, como tampoco que este será impresionante. Con talentos así entre su formación, qué duda cabe.
El Juglar. Lavapiés, 37.
Concierto de Agnes + El Pardo: 8 euros con consumición. 6 sin ella.
Consumición en la sala: 8 euros una copa.
Texto y fotografías de…
Mi nombre es Elena Rosillo, omnívora cultural obsesionada con la Beat Generation y Glen Hansard. Pinto, escribo, canto coplas y hablo japonés. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, en proceso de doctorarme. He trabajado como redactora, community manager y SEO en páginas web relacionadas con el mundo de los Recursos Humanos y ofertas de empleo para universitarios. Ahora cumplo mi sueño de trabajar en la Guía del Ocio. En The Rosillo’s Rover escribo sobre ocio y cultura alternativa en Madrid.
Una respuesta a “Agnes y El Pardo en El Juglar”