A los chicos de Hoja de Ruta, al igual que me ocurriera con Carletti Porta, los conocí durante su unplugged en Noise Off. Sobra decir que, tan solo pocas horas después de haberles escuchado, ya les estado regalando el consabido “like” en Facebook y escuchando una y otra vez sus pegadizas canciones en Spotify. Y como para no hacerlo! El buen rollo de sus composiciones era contagioso y se te quedaba pegado en la piel como un perfume conseguido a base de riffs.
El caso fue que, cuando supe que estarían tocando en el Moby Dick, ¡y nada más y nada menos que junto a Miel, el grupo de Pepón Fuentes! No tuve que pensármelo mucho. ¡Había que ir!
Así que allí fuimos un grupo de buenos amigos y yo. A las 9 de la noche atravesábamos las puertas del Moby Dick Club y pedíamos la primera ronda de Jaggermaster. Los chicos de Miel se retrasaban hasta las 10 de la noche, hora a la que un pequeño grupillo de personas, que parecía crecer por momentos, se retraía unos metros del borde del escenario para disfrutar en un segundo plano del concierto. (Debo ser la única ilusa que piensa que los conciertos en Madrid comienzan a su hora).
Miel comenzaba su actuación en el Moby Dick Club con Me pica el niqui. Ritmos 4×4 y riffs machacones (en el buen sentido de la palabra) acompañados como seña de identidad por la voz, a lo Wau y los Aaarghs!, de Pepón Fuentes, cómico metido a estrella del rock (underground).
Estoy mejor, la homónima Miel, Tuyo y Pechos ardientes (dedicada a las madres de todos los músicos de Miel) dejaron claro el carácter canalla de un grupo con letras entre lo naif y lo satírico. Con letras que, si no fuera por la rasgada voz de Pepón Fuentes, bien podría decirse que pertenecieran a Buddy Holly. Todo, eso sí, con un eminente toque garaje rock nacional despreocupado por las etiquetas.
Con una actitud sobrada sobre el escenario y continuas apelaciones a su audiencia continuó la actuación de Miel. “Podéis acercaros un poco”, “a quien se ponga en primera fila le invitamos a chupitos” (mentira, yo me puse delante y no me regalaron nada), y otros chistes (que para eso es Pepón cómico) fueron la tónica de la media hora, aproximadamente, que estos chicos pasaron sobre las tablas de la Moby Dick.
Knock knock (soy yo), Imaginaciones, Sí pero no, Como me gusta, ¿Por qué no me buscas tú?, Tengo frío (favorita de una servidora), Campo de nabos, Chicas como tú y Tengo derecho fueron los temas restantes de la setlist de Miel, que volvió a tocar Me pica el niqui como bis final, pedido a gritos por el público del Moby Dick Club. Su actuación terminó con un impresionante salto de Pepón Fuentes desde el escenario hasta el público, entre quienes terminó, de rodillas, el último de los temas.
Tras un brevísimo descanso le llegaba el turno de subir a los chicos de Hoja de Ruta: Ruri Grande, Alfredo Martín, Víctor Rodríguez, David Pardo y Rafa Caballero. Con una mitad de la formación surfera (pertenecientes también a Durango14, el mejor grupo de surf español tras Los Coronas) y otro componente cantautor (Rafa Caballero), resulta sorprendente escuchar el sonido prototípicamente rock de Hoja de Ruta.
Yo siempre quise, Belén (la musa escondida de Hoja de Ruta) y la taquicárdica Protagonistas dieron vida a un concierto en el que se dejaron notar las referencias de Ruri al rock argentino y un sonido a ratos tirando hacia el american music hall. Hoy estoy para seguir, Como antes, Volaré, dejaban claro el aire Andrés Calamaro de las letras. Desgraciado, Tres del Tres y Para qué provocaban un in crescendo entre el público, que se mostraba más dispuesto al bailoteo que con Miel.
Con un Rafa Caballero poco dado a los discursos, y una banda más que dispuesta a tocar hasta que el cuerpo aguantase, continuaba su actuación Hoja de Ruta sin apenas intervalos con el tema más “tarareable” de su disco Protagonistas, Oxígeno, que tras una primera escucha en Noise Off en formato acústico, sonaba en el eléctrico de la Moby Dick más potente (obvio) y dado al hard rock. Riffs continuos pero elegantes, un batería exigente con el resto del grupo y un bajo dándolo todo llevaron a Hoja de Ruta al final de su actuación, marcada por De un hotel y la country Ya no más como broche final.
Los bises fueron compartidos en esta ocasión con los teloneros, Miel, que subieron al escenario de poco a poco, dando a un Pepón Fuentes pegado a su botella de ron-miel el privilegio de cantar las últimas notas de un concierto redondo, eminentemente rock y muy canalla, en el que se mezclaba la veteranía de sus miembros con la frescura de unas composiciones que nunca pasarán de moda. Chapó.
Fotos de J. Furia.
Fabulosa crónica, coqueta y refrescante ^^. A ver si coincidimos en el próximo. te dejo un enlace de las bandas a las que solemos ver, por si quieres echar un vistazo: http://www.thanarock.com/bandas/