Javier Gall no es un cantautor al uso. En su música confluyen la vieja guardia de la tradición más clásica, con nombres como Luis Eduardo Aute o Paco Ibañez a la cabeza, con la nueva sangre de Sr. Chinarro o Xoel López. Lejos de calificativos y poses, Javier Gall lleva ya tres “colecciones de canciones” (como él gusta en llamarlas), concebidas bajo la más estricta de las filosofías del Do It Yourself, y pensadas para ser transmitidas de uno a uno, mirando a los ojos de aquel que las recibe.
Un creador que viene “de la calle”, de dejar su Málaga natal y patearse todas las salas del circuito alternativo madrileño, al que hemos podido ver en micros abiertos, y miembro fundamental de la nueva hornada de cantautores que confluyen en la capital con una nueva visión, tanto de la música, como de la industria musical.
Hoy me reúno con él en el preciosista Café Mür, en Plaza de España, con motivo del nacimiento de su nuevo retoño: “Ahora Es Ya”. Un compendio de seis canciones de diverso género y un mismo espíritu: el de una huida hacia delante y una urgencia provocada por el descubrimiento – ese que a algunos les llega más tarde y a otros más temprano – de que nuestro tiempo es limitado y debemos cumplir nuestros sueños cuanto antes (ahora es ya).
“Este proyecto tiene una intención definida que no tenía en anteriores proyectos. Transmitir una urgencia, una necesidad que yo he sentido de contar unas historias que puedan transmitirse de forma viva. De hecho, todas las canciones están muy cercanas en el tiempo, todas son de este año (excepto la versión de la canción de José María Buendía). Todas surgen de una necesidad fuerte, potente y verdadera.
Todas comparten un mismo marco en el que yo he tenido una situación estable, con un trabajo que no me daba lo suficiente, una situación personal en la que yo no estaba al 100%… que ha salido en forma de canciones. Canciones que pueden transmitirse a otras personas, porque al fin y al cabo estamos compartiendo muchas ilusiones, muchas promesas incumplidas. Todos somos garbanzos en este cocido madrileño. Quizás de las cosas que yo cuento, otras personas se sientan también igual.
Lo que he tratado de transmitir con el disco ha sido esa necesidad de sacar fuera esos problemas, afrontandolos y tratando de ofrecer una salida, no hundiéndome, intentando buscar una solución.”
Una urgencia y una necesidad de acción que parece representar a toda una generación de artistas tachados de superficiales, a los que se les acusa con frecuencia de “no protestar lo suficiente”.
“A raíz del artículo que se publicó en El País, sobre los cantautores que no protestan, pienso que sí que se hace protesta. Pero la forma de protestar ha cambiado. Hacer protesta como en los 70 no tendría sentido porque el mundo ya es otro. Puedo decirte gente como El Kanka. Él hace protesta desde el humor. Gente como Alex Matía hace protesta desde el pop experimental, pero digamos que está dentro de las canciones.
Hay ahora mucha gente que está haciendo canciones interesantes. Todos nosotros somos hijos de lo que estamos viviendo. Y protestamos porque nos lo han puesto muy jodido. Al igual que en el disco anterior hablaba del problema de los becarios, ahora en “La Autenticidad” digo que hay muchas cosas de mentira en la que nos empeñamos en seguir. Yo lo que quiero es que la vida vuelva a ser de verdad.
El disco para mi es una huida hacia delante. Decir que veo que hay cosas que no me gustan, y que no me voy a resignar a tenerlas, y que no las quiero. Y voy a hacer lo que quiero hacer, lo que he decidido hacer. Es un disco quizás, ahora que tengo 29 años, de un paso a la madurez. Antes he tenido canciones en los dos discos anteriores, más inocentes, más naif. Son cosas que ya no existen. Algo adolescente. Jugaba con el humor de otra forma, más ingenua. Este disco es más crudo Todas las cosas de las que hablo son más serias.”
Un trabajo difícil de clasificar y que parece escapar por momentos de las etiquetas, fluctuando entre el country, el folk y la canción de autor más clásica y aprovechando los sentimientos que transmite cada uno de estos géneros para llevar al oyente por el camino difícil, tomado por elección propia a sabiendas de sus riesgos. Al igual que Javier Gall ha elegido la música, pudiendo haberse dedicado en exclusiva a su profesión paralela: el documentalismo.
“Aunque es un sueño esto de dedicarse 100% a la música, quizá a veces no pensamos en las sombras que hay. Yo pienso en alguien como Zahara, que tiene un proyecto cojonudo, en el que todo está bien hecho desde el principio hasta el final. Y por lo que me cuentan tampoco te creas que vive tan holgadamente. Yo vivo en españa, es un mercado pequeño, la música en realidad no le gusta a tanta gente como pensamos (la música en sí, porque la gente va a los conciertos por otros motivos). Yo tengo mis trabajos y mi formación como documentalista, y es eso lo que me permite dedicarme a mi proyecto al 100%.
Hace poco hablaba con Miguel Osa, y él decía que la cosa es que tu te plantees tu proyecto de la manera más profesional posible (que es algo que intento, que la intención y la forma de tomarlo sea seria). Yo pienso que eso ya me convierte en un profesional, viva o no de ello. Pero igual que si tu eres aficionado al fútbol y te gastas el dinero en un abono de temporada para ir al estadio (cosa que me parece genial, yo soy malaguista hasta la médula), o si eres aficionado a los restaurantes de fusión, o a las maquetas de trenes… pues yo me lo gasto en la música, que es mi vida. En tener la guitarra impecable, con cuerdas buenas. Que si me gasto el dinero en tal instrumento o en tal equipo para grabarme… es que es mi vida. Yo tengo otro trabajo que mantiene mi afición.
Tampoco me gusta que se piense que no me tomo esto en serio, y si esto va a más y poco a poco a la gente le empieza a gustar (en Madrid ha habido casos, Andrés Suarez por ejemplo; o con gente que empezó en el Libertad 8, como Pedro Guerra). Pues si me llega el éxito y la oportunidad de ir a más, me llega. Y la aprovecharía. Pero intento tomarme esto sabiendo también en todo momento dónde estoy. Y mi situación ahora es muy modesta.”
La actitud de Javier Gall difiere en mucho de las que solemos ver en este tipo de artistas. Él prefiere denominarse a sí mismo como “artesano” antes que como “artista”. Su naturalidad nos lleva a entablar una simpatía casi instantánea con él, con alguien que parece haber vivido mil y una historias y que, sin embargo, se limita a sonreír a la menor oportunidad. ¿Qué ha hecho a Javier Gall ser como es? La pregunta tan manida de ¿quién es realmente Javier Gall? parece necesaria a estas alturas.
“Javier Gall es un cantautor. Yo creo en las canciones por encima de todo. Ser cantautor es un oficio. Un artesano de las canciones. Gall es un pseudónimo que tiene de acortar mi apellido. Era el rollo de quitarle el “ego” al apellido. Me gusta porque en catalán significa “gallo” y creo que hay que ser un poco gallo, atreverse, ser valiente. ”
“En Málaga, yo vivía en las afueras. Y allí yo no conocía a nadie que cantase ni hiciese canciones. Y ni siquiera a nadie que conociera a nadie que cantase ni compusiese canciones. Entonces claro, yo componía en mi casa, se lo contaba a mis amigos y les parecía un marciano. Vivía todo esto desde la soledad. No tuve la oportunidad de conocer a gente que hiciera lo que yo más que a partir de ir a Madrid. Empiezas a conocer el circuito de salas, a ir a micros abiertos, a conocer a gente que tiene las mismas inquietudes que tú. Y entonces te planteas “quiero sacar un proyecto”. Porque quieres sacar fuera esas canciones. Hasta entonces nunca me lo había planteado. Mis canciones eran para mis amigos más cercanos, en el sentido estricto de la palabra.
Mi proyecto es modesto. La repercusión es pequeña. Pero sí que lo ensalzo al público. Toco en pequeñas salas donde tocan otros músicos. Estoy en este pequeño círculo, aunque sea un punto pequeño en la galaxia de cantautores que hay en Madrid.
Fue en Madrid donde decidí ponerme con esto. He autoeditado dos colecciones de canciones, uno en 2012 y otro en diciembre de 2014 y eran digamos colecciones de canciones con producciones muy artesanales, procesos muy largos y muy detallistas, hecho desde el cariño.
Cuando he contado con gente, ha sido con gente muy cercana, en la que podía confiar. Y ahora eso no ha cambiado, pero la forma de hacerlo es distinta. Más seria.”
La palabra “seriedad” parece repetirse a lo largo de toda la conversación. Un adjetivo que me resulta extraño a la hora de definir a alguien incapaz de dejar de sonreír y de enfrentarse a sus canciones con un optimismo pasmoso.
“De alguna manera es parte de mi imagen. Tengo mis gafas, mi camisa de cuadros, mis gafas y mis deportivas. Tampoco soy una persona a la que le guste destacar el envoltorio. Tiene su importancia, no reconocerlo sería estúpido, pero quizá sea un envoltorio de naturalidad.
Creo que es importante que el público sepa que hay una distancia, aunque no sea grande. Pero una distancia que diga “él es el que toca y yo escucho”. Luego, cuando nos bajemos del escenario, somos personas normales. Pero sí que considero que, cuando te subes al escenario, hay que respetar al artista. También porque yo intento transmitir una cierta seriedad. Yo considero que mi proyecto es serio. Puede haber otros más divertidos o más cercanos al público. Pero yo soy un tipo serio.”
Conociendo un poco más al malagueño, le pido que me desgrane un disco lleno de fuerza y cariño al mismo tiempo.
“Si algo tienen en común las canciones del disco, es que todas llaman a decidir cosas, a hacer cosas. No hablan de quedarse parado, “Ahora es ya” es un oye, voy a hacer lo que me dé la gana y lo voy a hacer ya. “De Montana a Nebraska” es una huida hacia delante. “Demasiado pop” es un “oye, que esto no funciona y sé por qué” y una vez que sabes que algo no funciona y sabes por qué, solo te queda salir. “La autenticidad” es un “estoy harto de mentiras y me quedo con lo que pienso que es de verdad”. Incluso la canción de José es un “oye, que quiero estar contigo ya”. “No quiero más que estar contigo”. Y decirlo también es hacerlo. Quizá es que me hago un poco mayor y siento que tengo que hacer las cosas, porque sino las hago ya, ¿cuándo coño las voy a hacer? Siempre puedes tener golpes de suerte, o te pueden llegar cosas inesperadas, pero si tu realmente estás caminando hacia donde quieres, qué más da.”
Tema 1: “Ahora es ya”.
“La canción reconozco que está muy inspirada por el estilo de Johnny Cash, alegre. Pero contando cosas jodidas. Yo pienso que la seriedad no está reñida con la alegría. Ser serio no es estar deprimido ni ser un pelmazo. Es afrontar las cosas con madurez. Y tu puedes afrontar la vida con ganas y con espíritu positivo, mirando al cielo pero con los pies en el suelo. Y eso es lo que yo trato de hacer.”
Tema 2: “De Montana a Nebraska”.
“Me inspiré mucho en la película “Nebraska”, que me parece la mejor del 2014, sin duda. Es muy fuerte visualmente y también muy profunda, y bueno la primera estrofa de la canción es una referencia a la pelicula, pero luego yo lo comparo con lo que es vivir en Madrid, vivir encerrado en una habitación. Si estás encerrado, lo natural es huir. Y tomar una decisión de ese calibre no es fácil, es tomar el camino que tú quieres tomar. No es adonde quieras llegar, sino querer salir y avanzar. Y las imágenes, quería transmitir esa sensación de viaje y que fuera natural que saliera así. También hago una comparación entre lo que es Nebraska y lo que es Castilla. Digo que es el Medio Oeste Castellano, Porque también, Madrid me da la sensación de que se vende como que es el centro de todo, cuando está en medio de ninguna parte.”
Tema 3: “Secuéstrame”.
“José María Buendía y yo hemos compartido conciertos, nos hemos acompañado… hemos organizado historias, como el festival solidario Canciones para Jugar (una entrada, un juguete, y el juguete iba directamente donado a niños de Madrid). En junio organizamos un homenaje a las canciones de Quique González. Y con José comparto referentes y a mi esta canción suya me encanta, me parece una canción preciosa. Considero que yo no soy capaz de escribir una canción de amor tan bonita como esa. La habíamos tocado ya en directo y le pedí permiso para grabarla a guitarra y voz. Y es de las que ha quedado más bonitas. Y es una canción que rompe con el disco, que le pone ese punto tierno. Es el corazón del disco.”
Tema 4: “Demasiado pop”.
“Es una canción de desamor total. Sé que quizá no tenga una voz muy académica, pero quizás también por eso estoy siempre esforzándome por mejorar. Yo intento transmitir cosas con la voz. Es algo con lo que en anteriores discos no estaba contento. En el primer disco me esforcé mucho por no fallar ni una nota, porque todo estuviera en su sitio, y quedó muy artificial.
Me ha costado encontrarle el punto a la voz. Incluso en 1986 estaba en este camino, pero no lo he conseguido como lo he conseguido ahora. Se que hay fallos y hay imperfecciones, pero es que yo creo en las imperfecciones. Creo que son bellas también, y está bien que esten ahi. Si fallo una nota, o si tengo un gallito… prefiero que eso esté ahí si logro transmitir las historias que quiero contar.”
Tema 5: “Un tipo despreciable”.
“En este disco está el country ahi. Quizás si me has seguido antes lo que he hecho, no piensas que el country vaya conmigo, pero en realidad es un estilo que siempre me ha gustado muchísimo, y ha llegado el momento de sacarlo. Además el country también tiene su actitud, al igual que la tiene el rock. Es esa actitud seria y festiva a la vez. Estoy jodido “pero contento”. Estoy jodido porque me vienen mal dadas, pero contento porque estoy haciendo lo que quiero.”
Tema 6: “La autenticidad”.
“Esta canción, de las seis que tiene el disco, es la más antigua. La hice en enero de este año. Fue la primera. No tiene que ver estilísticamente, porque tiene un rollo medieval, Paco Ibañez… un amigo me dijo que era una canción de piratas, brindando con las jarras de cerveza. Es como si fuera una canción muy vieja. Y no es que yo reivindique el pasado, pero sí reivindico el contacto cercano, el decir que no todo sea virtual. Que lo virtual está muy bien y es la revolución del siglo XXI y ha cambiado nuestras vidas, como en su dia fue con la imprenta. Pero no podemos perder de vista que somos seres humanos, que tenemos piel, que tenemos piernas para correr y sentidos para sentir, y que las cosas reales son las que más disfrutas, pero también son las que más sufres. para mi esa canciones un canto a la vida.
La canción es verdad que, aunque no comparta ese estilo, tenía que estar porque es el principio de por qué este disco es así. Además es una canción que me llevó en marzo a la final del certamen de Canción de Autor de Burgos, que es un certamen nacional. Y bueno, es realmente la primera vez que yo sentí que se me hacía caso. Y eso también me hace ver que uno publica cosas, pero me alegro que sea algo que siento que es bueno. que es profundo, que es veraz, llegue. Y que no hayan llegado otras cosas más superficiales que he hecho antes. Pero de verdad que me alegro de que este espíritu es el que haya tenido algo de repercusión. Y también de que ese certamente me haya hecho plantearme este proyecto desde donde lo he hecho.
Y de hecho la grabación ha sido en 8 horas, yo he grabado guitarra y voz como en un concierto, Y prácticamente todo son primeras tomas. Hay segundas y hay terceras, pero ya está. Hay batería para reforzar ese toque country, pero todo está hecho de una forma urgente porque quería que fuera coherente con lo que estoy contando.”
Javier Gall no ha estado solo en este proyecto. Junto a él, nombres conocidos del circuito alternativo madrileño.
“Estoy muy contento y muy orgulloso de los colaboradores que he tenido en este disco porque son amigos, pero son buenos músicos, y son una gente que también se ha planteado esto y la forma en la que se lo ha tomado ha sido la misma que la mía. Oye, si vamos a hacer esto, vamos a hacerlo bien. Y han colaborado no solo por ser amigos, sino porque se sentían involucrados con el. Y sentían que podían aportar sus cosas al proyecto.
Carmen, que es la guitarrista (The Sand Castles), le ha dado un rollo telecaster, un rollo fender de válvulas muy ruidoso a las canciones más country. Y bueno, aunque a priori la mezcla de guitarra acústica y voz y luego una eléctrica con mucho ruido, puede ser no muy académico. Pero reflejaba lo que yo quería decir. Esa crudeza.
Y Pablo, que es el batería que solo está en un tema (“Ahora es ya”), lo llame la noche antes de grabar. Mi intención era poner solo una caja. Yo le pasé la canción y cuando él llegó al estudio y dijo “yo me lo he imaginado así”, pues yo le dije “como te lo hayas imaginado, pues así”. Perdimos mucho tiempo, una hora y media, y eso que él la clavó a la primera. Él era el batería de Básico Permanente y ahora tiene su proyecto personal, muy interesante. Música ambiental, electrónica, folk… tiene cosas de Sigur Ros, Bon Iver… Es un proyecto cojonudo. Merecio la pena en montar la batería, desmontarla… todo salió rápido. Cada vez que pienso más en el disco y en el proyecto, pienso que todo va en la misma dirección, hacia el mismo sitio.
Aquí en Madrid, no sol, en la lucha, en cualquier profesión estamos en vilo. qué vamos a hacer con nuestras vidas? pues tomar las riendas!
José María cantó conmigo su canción y fue muy bonito hacerlo con él. También ha colaborado con la mezcla y masterización del disco mi tío, que lleva trabajando conmigo prácticamente desde el principio. Me conoce, sabe lo que quiero, y es su segunda profesión, la de trabajar en el estudio. Y es una suerte poder contar con él, es un contacto muy directo. Esto lleva mi nombre pero no estoy aquí solo. Tengo otros amigos que, prácticamente solo por vivir con ellos, ya me están ayudando. Gente con la que compartes tu vida, y les estás contando cosas, ya eso hace que formen parte de tu vida y parte de tu proyecto.”
Sin embargo, donde más destaca la personalidad de Javier Gall es en el directo. Pronto, el 25 de septiembre, tendremos la oportunidad de verle de nuevo sobre las tablas. En esta ocasión, las del íntimo Dog&Roll, poco antes de que el mítico local eche el cierre por traspaso. La entrada será gratuita, y allí podremos encontrar los mimados discos que el malagueño ha realizado completamente a mano.
“El 25 de septiembre lo presento en Dog&Roll. Me parece un sitio, valga la redundancia, muy auténtico. Te subes a la tarima, no hay equipo, no hay amplificación, y lo que escuchas es lo que hay. Es muy íntimo y me siento como en casa. Y me parecía adecuado para el disco. El disco es crudo y urgente, y la presentación también va a ser así. Podría hacerlo en algún sitio más “cuqui”, pero yo quiero transmitir con este proyecto una seriedad, una madurez, y digamos que el Dog and Roll es un sitio que para mi reune eso y se complementa con lo que yo he hecho. Voy a salir al escenario y os voy a contar mi historia. Llevo preparando este concierto todo el verano y lo estoy preparando a conciencia. La entrada va a ser gratuita. En este punto en el que estoy ahora mismo la mayor parte del público van a ser amigos o conocidos. No me interesa poner entrada porque, si pongo entrada, tampoco querría que muchos de mis amigos pagasen. Prefiero invitarles. Luego voy a hacer una pequeña edición fisica del disco, 50 copias hechas en casa por mi. No voy a hacer más. Van a costar, por 6 canciones, 6 euros. Y no me parece mal. Si alguien quiere el disco, yo creo que por 6 euros se lo compra. Y el que lo quiera, lo va a tener.”
Ha pasado más de hora y media desde que comenzamos la entrevista y aún me da la sensación de dejarme cosas en el tintero, así que tiro de lo fácil. Le pregunto dónde se ve a sí mismo dentro de unos años, como haría en una entrevista de trabajo. “Me veo haciendo lo que quiero hacer. Tomando mis propias decisiones, respecto a mi proyecto como al resto de mi vida.” Y no me cabe duda de que será así. Fuerza le sobra.
Café Mür. Plaza Cristino Martos, 2 (Plaza de España, Madrid).