Guitar Heroes
Lo siento por aquellos de ustedes que no estuvieron el Teatro Circo Price el pasado martes 2 de julio. Huecos había, desde luego, y puede que pasen otros dos años hasta que Rodrigo y Gabriela vuelvan a asomarse por España. Sí, lo que se vivió en la Ronda de Atocha tuvo mucho de único y es probable que pase bastante tiempo hasta que usted, que me lee y no estuvo, pueda presenciar algo parecido.
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Porque quienes habíamos escuchado alguno de los álbumes de estudio –en especial el tremendísimo homónimo de 2006–del dúo mexicano que se fue a hacer las Américas a la inversa podíamos hacernos una idea del virtuosismo que reposa en esas cuatro manos; pero, una vez vistos en concierto, escuchar en bucle sus pistas enlatadas parece un consuelo menor. Si tocar la guitarra fuera un videojuego, Rodrigo y Gabriela se habrían pasado el modo experto hace años.
Y eso que previnieron sobre sus limitaciones: no tocan flamenco porque no tienen “ni puta idea”, no dan recitales y cantan tirando a mal, aunque Rodrigo -al que Gabriela llama Rod, como Stewart- se arrancase en el tercio final del concierto con una versión de Creep y otra de Breaking the Girl tan jaleadas como temas franquicia del dúo como Diablo rojo o Tamacun –que se resistió, eso sí, hasta los bises–. Da igual, porque su duelo de guitarras a capella es suficientemente poderoso y único; y, aunque nunca desaparecen del recuerdo al escucharles maestros como Paco de Lucía o Vicente Amigo, su estilo sigue siendo inconfundiblemente propio. Algunas de las joyas de este nuevo 9 Dead Alive –The Soundmaker y Sunday Neurosis son mis apuestas para futuros clásicos– así lo corroboran.
Mención especial merece la protagonista femenina de este dúo, tan incómoda en los parlamentos con su público como arrolladora en su manejo de la guitarra. Es tal el idilio que mantiene con su instrumento que le exprime todas sus posibilidades, convirtiéndolo a la vez en un recurso de cuerda y percusión que palía la carencia de voces y cualquier otro acompañamiento musical. Si a Rodrigo Cortés –otro Rod– se le reconoció el mérito de rodar una película entera sin cambiar de localización, a estos dos señores habrá que reconocerles marcarse casi un concierto entero sin que se escuche ningún sonido que no salga de una guitarra.
Si no lo vieron, siempre les quedará, insisto, la posibilidad de escucharles enlatados, o de buscar sus cameos musicales en Piratas del Caribe o Breaking Bad. Pero, queridos míos, nunca va a ser lo mismo.
Ha escrito esto…
Mi nombre es Roberto Gelado. Doctor internacional en Comunicación. Licenciado en Traducción e Interpretación y Periodismo. Profe en el área de cine del Grado de Audiovisual de la UPSA, donde también ejercí como coordinador del Máster de Guion de Ficción en Cine y TV. Actualmente doy clases en el grado Internacional de la USP CEU de «Teoría de la Comunicación y de la Información» y colaboro con el Máster de Estudios Narrativos en Artes Visuales de la Universidad Rey Juan Carlos. Además, soy el crítico de cine del diario salmantino La Gaceta y traduzco literatura fantástica para la editorial La factoría de ideas.