**Aviso a navegantes: no esperéis encontrar en esta atípica crónica las típicas descripciones que caracterizan a cualquier crónica. Porque lo de Steve Smyth en la sala Ego de Alcalá de Henares no fue un concierto normal. Porque él no es normal. Y aquí os explico por qué. **
Dicen los aborígenes australianos que cada camino, cada escenario, cada familia tiene una canción asignada. Así, los locales reconocen cada recodo del paisaje gracias a los sonidos con los que se les asocia. Como también a las personas. Son los llamados “traces of songs”, los trazos de una canción que, completa, forma la melodía de toda una vida llena de paisajes errantes.
Steve Smyth es australiano. Nació allí, en la tierra donde las canciones dejan de ser arte para convertirse en herramientas esenciales para la supervivencia. Sin embargo, su alma parece repartirse entre mil y un lugares: Echo Park (California), donde grabó su primer LP, Release. París, desde donde siguió la estela de músicos como The Killers , Angus y Julia Stone y Lanie Lane. También Asia. Y África. Casi podríamos ver a Steve Smyth como otro nómada itinerante, atado tan solo al mapa del mundo gracias a sus canciones, con las que va plasmando y describiendo sus vivencias, y nos va guiando al resto a través de paisajes sonoros y experienciales que jamás habríamos imaginado.
Porque Steve Smyth es de otro planeta, como pudimos descubrir y disfrutar los selectos asistentes al concierto que ofreció el pasado jueves 21 de mayo en la sala Ego de Alcalá de Henares. De hecho, casi podríamos decir que Steve Smyth no es humano. Tan solo un peón, un íncubo transmisor de los pensamientos y deseos de seres míticos e imaginarios. Porque sino, no se explica ese torrente de energía, de pasión, de vitalidad sobrehumana que desborda en cada una de sus actuaciones.
Imaginad que todos pusiéramos la energía que Steve Smyth emplea en consumar cada una de sus composiciones. Sería un mundo maravilloso. Un mundo como el que nos hace entrever Get On, el tema que abrió su actuación en la sala Ego. Un mundo sonoro que también ayudaron a construir The Outlaws, la banda de Steve. Errantes esbirros armados tan solo con un bajo y una batería capaces de seguir al australiano en ese torrente de energía y pasión inalcanzable para los simples mortales.
Eso sí, hay una canción, “un lugar”, donde The Outlaws tuvieron que dejar solo a Steve Smyth, “un lugar, no lejos de aquí, donde ahora me siento junto a ti, donde huelo tu aroma, como un café en Italia”. LA canción, EL himno de Smyth: In a Place, que servirá de herencia y de testimonio a los futuros músicos sobre cómo es posible hacer magia con las notas.
Sí, ya sé que no estoy contando nada acerca del concierto que Steve Smyth nos regaló (a un irrisorio precio) el pasado jueves en la sala Ego. Pero es que hablar de un concierto de Steve Smyth es imposible. Hay que vivirlo. Hay que sentir sus cuerdas vocales atravesar cada uno de los poros de tu piel. Algo imposible de describir sin caer en el misticismo. Algo que debería considerarse una herejía.
Sirva esta patética crónica de aperitivo para aquellos que aún estáis a tiempo de disfrutar a Steve Smyth (de comérselo con los ojos y las orejas) en el resto de fechas programadas a lo largo y ancho de España. A Madrid volverá el día 11 de junio. Y será en la sala Maravillas. Y yo estaré allí para vivir su actuación como si de una misa se tratara. Para descubrir en la voz del australiano los “traces of life” que han marcado tantas almas errantes. Ahora, las españolas.
Datos prácticos: Concierto de Steve Smyth: 8 euros. Sala Ego de Alcalá de Henares: calle Zaragoza, 8. Consumición (un tercio de Mahou): 2 euros.
Fotografías de Álex Jiménez.
Una respuesta a “Steve Smyth en la sala Ego: «traces of life»”